INTRODUCCIÓN
FRENANDO EL DECLIVE DE
LOS ESTÁNDARES MORALES
Hoy día todos nos enfrentamos con la evidencia extendida de una crisis de moralidad cada vez más profunda.
Intolerancia: crímenes de odio racial y étnico, incluso genocidio, están descontrolados, con diferencias religiosas, étnicas, políticas o culturales alimentando la mayoría de los conflictos.
Codicia: robos corporativos y de empleados y fraude al consumidor con sumas de miles de millones de dólares, habiendo negocios en Estados Unidos con pérdidas del 7%, o unos 994 mil millones por fraude al año.
Inmoralidad: la pornografía asciende a un tercio de la totalidad de los sitios web, siendo la pornografía infantil uno de los negocios de mayor crecimiento en línea. Por cada dos dólares de software comprados legítimamente, lo correspondiente a un dólar es obtenido ilegalmente. Un 70% de los universitarios estadounidenses han copiado en los exámenes.
Criminalidad: de unos 600 mil millones de dólares a 16 000 mil millones de dólares es dinero negro blanqueado cada año por traficantes de drogas, traficantes de armas y otros criminales.
Consumo de drogas: se calcula que unos 210 millones de personas consumen drogas ilegales.
Autoestima: cada año, de 10 a 20 millones de personas intentan suicidarse y 1 millón muere.
Irresponsabilidad por el medio ambiente: un incremento del 400 por cien en desastres naturales desde los años 80 se ha atribuido a incidentes relacionados con el clima resultado de los gases de efecto invernadero. La mitad de las camas de hospitales del mundo están ocupadas por gente que sufre de enfermedades relacionadas con el agua contaminada.
Sin ninguna solución aparente, muchos están ocupando las calles en revueltas abiertas contra sus gobiernos. Sin embargo disturbios y revueltas no son la respuesta.
No obstante, la raíz de todo esto es una falta de principios morales y valores básicos. El Camino a la Felicidad está ayudando a revertir este declive y restaurar la integridad y confianza a la humanidad.
L. Ronald Hubbard escribió los 21 preceptos de El Camino a la Felicidad para proporcionar un mapa de carreteras para que cualquier persona pueda seguirlo a la hora de tomar decisiones que conduzcan a una vida más feliz, más decente y plena. Debido a que es enteramente no religioso, este código moral de sentido común puede ser adoptado por cualquiera de cualquier raza, cultura o creencia.
Regalando ejemplares de El Camino a la Felicidad a amigos, compañeros e incluso desconocidos, cualquiera puede ayudar a los que le rodean a sobrevivir mejor, y por tanto mejorar su propia supervivencia. A su vez, los que reciben el folleto lo dan a aquellos cuyas vidas influyen, orientando a otros a tratar a sus semejantes con bondad, compasión y respeto. De estas formas y muchas más, el movimiento de El Camino a la Felicidad está introduciéndose en cada sector de la sociedad.